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viernes, 17 de mayo de 2013

Día 32: Cólicos y sorpresas

JUEVES 16 DE MAYO DE 2013:

     Escribo esto a las 3:17 horas de la madrugada. Sólo hace un momento, he recordado que mañana (hoy) viernes tenía cita con mi médico de cabecera para que me diera la baja/alta (no sé qué tocaba hoy, no obstante, yo hubiera pedido hoy el alta), y acabo de mirar en internet para confirmar la hora porque no la recordaba, y resulta que me la han cambiado para ¡el día 20!, de lo cual yo no tenía constancia. Así que he llamado al 24 horas y efectivamente lo tengo para el lunes (sé que tengo ginecólogo, pero no médico de cabecera). Lo que querido poner para mañana y el sistema ya no me deja, la única hora del lunes no me da margen para ir del ginecólogo hasta el ambulatorio, y la ¡siguiente cita sólo la puedo elegir para el jueves! ¿Cómo le digo a mis jefes que hasta el jueves sigo de baja? Se me cae la cara de vergüenza. ¡Ya tenía pensado ir a trabajar los fines de semana y en mis horas libres, para poder recuperar estos más de 30 días de baja!
     Hoy los cólicos han sido tan fuertes como cuando tenía la menstruación. Comenzaron a eso de las 12, pero yo pensé, si ya no tengo los miomas ni voy a tener la regla, cómo es posible que tenga cólicos... así que me dejé llevar. Entre mi hermana y yo hicimos el almuerzo, pero los dolores iban en aumento. A las dos de la tarde me tomé un ibuprofeno (que me calma) y comenzamos a hacer la comida. Aquello iba en aumento, empecé a llorar de los dolores y a encorvarme cada vez más. Me retorcía frente a la vitro, limpiaba la sartén mientras me retorcía de dolor. Mi hermana me pedia continuamente que me fuera, pero yo quería seguir allí. Logré sentarme y me agarré el estómago mientras 'taconeaba' impulsivamente llorando por los dolores: "¡Esto no! ¡Esto no! ¿Para qué he pasado la maldita operación? Si lo llego a saber no me hago nada?".- Maldigo ese momento en alto. Además, me duele horrores el brazo derecho tras la caída del miércoles. ¡Pero prefiero este diez mil veces a los cólicos! Sólo pienso en preguntarle el lunes al ginecólogo... Mi hermana y yo avanzamos la comida como podemos. Ya son las 3 de la tarde y aún no está terminado el almuerzo. Los dolores me han dado tregua... Paso toda la tarde sin necesidad de tomarme otro antiinflamatorio como antes.
     'Per se' la herida no me duele, a no ser que me roce con ella. Un simple gesto con mi mano o apoyarme en algo, me escuece. Me duele la espalda, de tanto arquearme hacia adelante, resumamos: de la insolación del domingo aún me escuecen los hombros, el golpe en el brazo derecho de la caída del miércoles, la mano izquierda abierta del mismo tropiezo, los cólicos y los roces en la herida. A pesar de todo, estoy bien, son nimiedades si me comparo (algo que odio) con gente que está peor que yo (niños en hospitales, enfermos terminales, etc.). ¡Estoy como una rosa! No tengo derecho a quejarme. Pero reconozco que estoy asustada por el tema del trabajo... por mi vuelta...

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